lunes, 28 de enero de 2013

LA CARRERA PERFECTA. CURSA DEL PASTISSET


En mi modesta, y poco experimentada opinión, esta es la carrera de montaña perfecta. No muy larga para no asustar ni muy corta para no justificar el desplazamiento. Con un buen desnivel para probar fuerzas, pero no tanto como para asustar. Con un clima normalmente benigno. Con todos los ingredientes de la montaña: barrancos de piedras sobredimensionadas  subidas despiadadas con el débil (yo mismo), crestas, bajadas técnicas inclementes con el torpe (yo también), trozos fuera de sendero, vistas para detenerse a contemplarlas, Doraemons ..... ¿Doraemons? si, Doraemons, luego volveremos sobre ello. Y encima es barata, con frecuentes avituallamientos, una comida final para quitarse el sombrero y hasta barra libre de cerveza. Claro que siempre hay alguno que se tiene que quejar y hubiera preferido vino.

Empieza la carrera con la mitad de los participantes sin siquiera haber entrado al corralito: cosas de no hacer ni puto caso a los organizadores cuando nos llaman. Echamos a correr por las calles del pueblo y al poco de salir nos meten por un barranco todo llenos de pedruscos gordos como lavadoras que ya te van dando pistas del berenjenal en el que te has metido. Por lo menos es llano,

En cuanto sales del barranco empieza la fiesta. Las piedras reducen su tamaño al de un tambor de detergente pero ahora es todo cuesta arriba. Que ya podía el Ebro haber erosionado un poco más esto.

subidica parriba

Arriba me encontré con un mozo del pueblo que con más ilusión  que un niño el día de Reyes me informó que "ahora  viene lo más bonito de la carrera". Lo más bonito de la carrera era una cresta rocosa que parecía no acabar nunca que cruzamos por una senda poco limpia y difícil de seguir que combinaba con maestría romeros y aliagas y otras hierbas aromáticopunzantes con piedras del tamaño de tambores de detergente diseñadas a la perfección para el esguince de tobillo y una pizca de un cierzo de la leche. Bonito dice el tío. Precioso diría yo.

un trozo la cresta
Cuando acabas la cresta queda la última cuestecita hasta la Creu de Santos desde la cual se puede ver la desembocadura del Ebro y, dicen, que en días claros el Pirineo,
el Ebro
y hoy por ser Domingo había subido el gato cósmico a saludar a todos los participantes. Madre que risas me eché con él. Iba más fumao que Bob Marley después de un concierto.


Y el premio a tanta subida no puede ser otro más que una buena bajada. Diecitantos kilómetros de bajada de las buenas, todo lleno de piedras y raíces y zarzas y troncos caídos y curvas y jóvenes que adelantan como locos y bosques y umbrías. Todo diseñado para disfrutar. Anda que no mola ni nada, sobre todo cuando eres tu el que adelanta en lugar de ser el adelantado.



qué estilazo me gasto


Vamos que me lo pasé teta durante toda la carrera. Y la prueba es esta foto que me hizo Monrasín casi llegando a meta. Lo curioso es que, a pesar de ir mucho más alegre que el año pasado durante toda la carrera y no haber reservado casi nada (las agujetas de hoy lo prueban) e incluso quedarme con ganas de dar otra vuelta no pude rebajar el tiempo del año pasado más que en unos míseros minutos. Será que
esta es mi punta de velocidad y ya no doy para más.



Por encima del aspecto deportivo, esta ha sido la primera carrera en la que he acompañado a mi amigo Carlos en su proyecto Másquedeporte, cuyo objetivo es el de recaudar fondos para la Asociación de Hemofílicos de Aragón y La Rioja. Para ello correrá más de 510KM en distintas ultras acabando nada menos que con el coco de las Ultras: La Ronda dels Cims.

Mal empezó el proyecto sufriendo como un perrico pulgoso en esta cursa. Cuando lo adelanté en el kilómetro 10 he de decir que pensé que no iba a acabar la carrera, tan mal lo vi. De hecho pegué un tirón para que no intentara seguirme y dejarlo tranquilo a su ritmo antes que forzarle a seguir el mío o fastidiarle con el cargo de conciencia de que me estuviera retrasando, Pero este chico tiene más cojones que Chubaca y acabó la prueba. Tarde, muy tarde, pero acabó. Y lo más sorprendente es que estaba satisfecho consigo mismo por haber sido capaz de terminar superando así sus flaquezas.. Ese es el espíritu chaval, que las ultras no se acaban con las piernas ni con los cojones, se acaban con ilusión y constancia. Que lo fácil es lo mío: disfrutar de la carrera llegando antes que tú y eso que me paré a hacer fotos, videos, hablar con el fumao del Doraemon, hacer pipi y popo, comer naranjas, posar para el Monrasín. ¿a qué jode? Ya cambiarán las tornas, ya y serás tu el que rías y yo el que sufra.

y si no al tiempo.

3 comentarios:

  1. Chulisimo Ro, un gran relato.

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  2. ¡¡Enhorabuena campeón!! veo que la gozaste como un cochino jabalí, je,je... Muy guapa la foto de la cresta, con sus aliagas amarillas tan bonitas y tal y cual. Seguro que el crítico porque hubiera cerveza en lugar de vino fuiste tú ¿a que sí? ¡¡Mucha suerte en la próxima que me parece va a ser más gorda!!

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