Planes: son esas cosas en las que proyectas lo que sabes que
no va a suceder.
Esta vez el plan era hacer una doble cumbre al Moncayo.
Agramonte - Collado Castilla - Cumbre - Cueva de Ágreda - Cumbre otra vez -
Collado Bellido - Agramonte. Y me daba tiempo para comer unas setas en el bar.
Pero, como muy bien sabe Anibal Smith (el del Equipo A, jovenzano)
para que un plan como este salga bien tienes que tener a Murdock que te levante
a las 7 de la mañana, como tarde. Y como Murdock está en otro huso horario pues
me desperté, digamos que un poco tarde. A las 10 o algo así.
La carretera de acceso a Agramonte era un espectáculo de
seteros con sus bonitas cestas de caña y mimbre cargadas de sus más bonitas
setas. Era un espectáculo digno de Puerto Venecia: coches por todos lados,
familias enteras ecologizando el monte, un autobús en medio del camino,
autocaravanas, hasta carpas tenían montadas!!. Pensaba yo que eran para guisar
las setas recolectadas. Joder ¡¡esto sique es disfrutar del monte y no lo que
voy a hacer yo!!
Estoy feliz pero no tengo el cuerpo para conversaciones así
que tiro para el collado Castilla y disfruto de la soledad del bosque. Casi no
me atrevo a pisarlo. Está desnudo, indefenso ante mi agresión. Así que me
siento y conmigo mi otro yo. Y hablo con él y escucho su corazón, leo mis
sueños, imagino su compañía, huelo la vida. Sonrío, casi lloro. Me tumbo en la
hojarasca y soy feliz esperando que aparezca un corzo por entre la hayas.
Despierto pero quiero seguir soñando. Vuelvo a soñar y vuelvo a despertar. ¿Me
duermo del todo o subo? Subo.
Encuentro gente, los esquivo. Llego al collado y veo la cima
poblada. Me desvío a la cima de la derecha, perdona que no recuerde tu nombre,
¿Peña Negrilla quizá? Cierro los ojos y miro al sol. Mi otro yo no está, ¡ven!
Retorno sobre mis pasos y subo a la cima. Ignoro a la
multitud. Foto para contar abrazos y me voy corriendo hacia la Lobera. Tras un
paravientos os encuentro a las dos: a mi soledad y a mi compañía. El sol nos
acompaña. Nos tumbamos los cuatro en las piedras. ¿Cómo podemos ser felices con
algo tan sencillo?
¿sencillo? dice el Sol, ¿tú no sabes los jodido que es
mantener una reacción termonuclear confinada por la gravedad? ¿verdad? No Sol,
no es el momento. Callemos.
Y hasta al viento calló.
Despertamos. Despierto. Estoy solo. Troto hasta el collado.
Bajo hasta el coche.
Los del autobús, las caravanas y las carpas no eran seteros,
eran seres haciendo un anuncio o película o lo que sea. Decenas de personas
violando al bosque para grabar a un par de tipos con una enorme pantalla azul
detrás sobre la que sobreponer lo que sea. Os escupí en el alma.
Llego a casa. Ducha rápida, comida acelerada porque tengo
que ir a ver a unas quijotescas guerreras luchar contra molinos de viento
venidos de Senegal. Desigual y honrada lucha que me hace vibrar.
El plan salió bien.
Pero te dormiste.. o no?
ResponderEliminarSaludos Robertico, ya sabes que eres querido.
Gracias Lupe, muuuac
EliminarVes cómo sí vale la pena darle un rato a la tecla y escribir poesías? Reíte de los poetas campeón!!! Escribir versos como estos después de subir un monte en zapatillas es ARTE con mayúsculas!!!
ResponderEliminarQué va a ser el arte.....son las drogas.
EliminarUn abrazo campeón.
Frescor, poesía y socarronería. Lo ves como es sano hacer deporte?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues claro que si¡¡¡¡ pero al aire, viendo verde
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