Dicho y hecho me pongo a correr cuesta abajo hacia el río. No me encuentro nada cómodo. Entre que estoy frío y que cada vez hay más maleza en el camino ando más que corro. Pero el sitio es tan bonito que hasta pienso en ofrecerme a la gestora del parque a venir con una hoz y una hachuelo a limpiar la senda. Pero cada vez hay más maleza. Noto que no me cunde. De echo, el primer kilómetro me cuesta hacerlo casi 20 minutos, ¡¡¡ y eso que es cuesta abajo!!!.
Cuando ya voy a volver sobre mis pasos escucho el inconfundible sonido del río. Bueno, ya estoy cerca, para lo que me queda bajo hasta el río y veo cómo está el otro lado, pienso. El canto de sirena no resultó serl el río sino manantial. Manantial que, por cierto, debería estar 100 metros a la derecha. Veo senda. Sigo para abajo. La senda se convierte en jungla. En algo así. ¿con una hoz?, hay lo que hay que venir es con napalm a limpiar esto.
Si, por ahí baja una senda |
Mis piernas y mis manos están llenas de arañazos. ¿Algún botánico me puede explicar porqué porque todas, pero todas las plantas de la zona tiene espinas?. Es que hasta las margaritas tienen espinas. Si el primer kilómetro me cuesta 20 minutos los siguientes 200 metros me cuestan otros 15. Pero al final llego al río donde se ve un paso claro. Pero el aspecto de la senda al otro lado me hacen desistir de seguir hacia adelante. Afortunadamente, las vistas desde aquí abajo bien merecen el paseito.
El Salto del Roldán desde abajo |
Una hora después llego al aparcamiento. Ya que estoy aquí me voy hasta el dolmen corriendo y vuelvo por la pista, a ver qué tal está esto. Y la verdad es que está muy bien. Por aquí se han olvidado de poner plantas con espinas.
Por aquí da gusto. |
Al final a lo tonto, 16Km y 750m+ y, sobre todo, una valiosa lección.
Buenos entrenos te está metiendo "pajaro" y casi un KV sin pensarlo.
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